


ENTRE BRAGAS












Deleita con tu voz
Pero si no eres tan afortunada como la domadora sensual para tener a tu pareja de frente y quieres sorprenderlo, lláma.
Pero esta no será una llamada casual, cuando las ganas de verse y tocarse aumentan es ideal porque lograras excitar mucho a tu pareja con palabras. Atrévete a decirle cosas sucias, dile cuanto lo deseas y todo lo que harías si estuviera en ese mismo instante a tu lado, dile que te quieres tocar, se detallada si el lo pide, exprésate de una forma muy sensual acerca de las cosas que te gustaría que te hicieran. Será una llamada explosiva que le encantara a tu pareja, le dará pie para imaginar que esta contigo y desearte mucho más. Sería un buen momento para hacerlo. ¡Llama!
La Seductora
Una cita con un “desconocido” pero con tu pareja. Desempolva ese liguero negro que tanto te gusta y te hace sentir como diosa, un buen perfume, un vestido apretadito y unos tacones, cúbrete con un abrigo de tal forma que no se vea lo que llevas debajo.
Cítalo en un lugar que te guste puede ser un restaurante o un bar. Pídele que llegue primero, cuando llegues detente en la puerta, envía un mensaje elogiando su apariencia, camina de forma sensual hacia el, finge que no lo conoces y salúdalo con un beso en la mejilla o un apretón de manos muy sutil, toma asiento, míralo de arriba abajo, intenta cruzar la pierna pero detente y pásale tu pie por la entrepierna, de forma muy sensual, sonríe, susúrrale al oído las ganas que tienes de estar con el, acércate a su boca y regresa a tu silla, el calor irá subiendo y, si no pueden resistir, no esperen llegar a casa para comerse a besos.
La domadora
Imagina un juego previo al sexo, un juego de roles donde tu seas una sensual domadora de hombres.
Cubre sus ojos con una seda, permite que te toque pero no demasiado, si prefieres usa esposas eso aumentara el deseo de estar contigo, desnúdalo poco a poco y acaríciale su cuerpo lentamente, acerca tus labios a su boca para que el sienta deseos de besarte pero sé rápida y bésale el cuello, susúrrale al oído que te enloquece y lánzalo a la cama, si tienes cubos de hielo toma uno y deslízalo por su abdomen, juega con el cuerpo de tu pareja, ¡hasta enloquecerlo de deseo! Sólo cuando “ya no dé más” lo podrás liberar… recuerda que lo esencial es el placer.
Atrévete a más…
¿Qué tan liberada eres? Las rutinas sin duda terminan con el placer que nos genera el sexo por eso es importante que te atrevas a probar nuevas cosas.
Por: Débora
Octubre 11, 2014