Algunas parejas llegan a un punto en el que el sexo puede volverse monótono, un punto en el que no importa la cantidad de orgasmos que tengas, lo duro que te penetren, lo rico que te masurben ni el maravilloso sexo oral.

Hay un punto en el que te aburres de lo mismo. De las mismas 3 posiciones de siempre, de los mismos besos repitiendo los mismos recorridos y de las mismas corridas simultáneas. Llega un punto en el que incluso el sexo de reconciliación deja de ser un punto de catarsis

 

En una de estas crisis decidí dejar de conformarme con los malos polvos por costumbre y le cedí el paso a mis papilas gustativas, a mi lengua y a mi piel de darme el placer que mi clítoris había dejado de ofrecer.

 

Chocolate, mi sabor favorito. Cremoso, oscuro, dulce y amargo a la vez. Tenerlo chorreando por mis senos y no en mi boca como de costumbre hacía que me mojara incluso sin ser tocada.

 

Su lengua. Tibia, suave, húmeda y hábil. Lamía dulcemente mis pezones, poniéndolos tan duros que dolían. Abrir los ojos, observar mi cuerpo convertido en una muestra de sabores y  sus manos en mi sexo asegurándose de mi disposición. Era hora de bajar.

 

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Los lubricantes han sido siempre muy populares a la hora de tener sexo, nos permiten disfrutar de la penetración de una manera más placentera. Son una ayuda a  la hora de experimentar el sexo anal y gracias a su innovación, hay algunos que por medio del calor, de la dilatación vascular y de la sensación de frescor, multiplican los impulsos nerviosos del clítoris y nos permiten tener de 3 a 5 orgasmos con espacios de 5-15 segundos entre ellos. Sin embargo, muchos lubricantes no están hechos para el sexo oral y en algunos casos tienen sabores desagradables, àcidos e incluso pueden llegar a arder.

 

Es por eso que se han puesto muy de moda los Toppings (coberturas) que no sólo producen las mismas sensaciones que los lubricantes sino que además son comestibles, eróticos y nos upermiten entrar en un juego de roles en los cuales somos el chocolate listo para comer.

 

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El sexo oral nunca fue tan bueno, verlo sumergirse en mi y devorar mi sexo con tanta desesperación. Sentir el chocolate en mi clítoris y luego sus dientes mordiéndome suave. el tiempo se detuvo, mi respiración se entrecortó, me encantaba ser comida. Subí rápidamente y me derrumbé en un orgasmo incontrolable al recibir sus labios en mi boca con ese sabor único, ese sabor a la mezcla de mis adicciones. Ese sabor a chocolate bañado en sexo.